Transformarse o morir en el intento. Esta ha sido la filosofía de Lexmark, que en los últimos tres años ha invertido más de 650 millones de dólares (472 millones de euros) para darle un giro al negocio. La firma cotizada en la Bolsa de Nueva York, que antes era conocida por sus impresoras, se ha dedicado a comprar pequeñas compañías de software. “Ahora esta es nuestra prioridad”, dice su vicepresidente ejecutivo, Marty Canning. El viraje no ha sido sencillo. La compañía tuvo que deshacerse del 13% de su plantilla (1.700 trabajadores) y tuvo que reducir costes. “Sabemos que en el software está nuestro verdadero negocio. El futuro es digital”, apostilla Canning.
En la mejor de las épocas, la empresa comercializaba más de cinco millones de impresoras. Actualmente, el negocio se ha reducido a 1,5 millones de unidades. A pesar de esta baja en las ventas, Lexmark se resiste a perder terreno. Por eso en 2013 ha adquirido cinco sociedades: Acuo Technologies (para la gestión de contenidos clínicos), Twistage y AccesVia (para capturar, gestionar y entregar contenido multimedia), Saperion (gestión de contenido empresarial) y Pacsgear (tratamiento de documentos médicos). “Lexmark ahora apoya a las empresas a ordenar lo que se llama información desestructurada. Ayuda a que sus procesos de gestión de documentos sean más eficientes y productivos, a la vez que reducen costes”, resume el vicepresidente ejecutivo de Lexmark.
Jaime García Cantero, analista de tecnología independiente, explica que el principal reto de la empresa es integrar a las compañías de software que atacan distintos mercados. “Es un cambio de negocio bastante radical”, asegura el experto. “La compañía está haciendo una transformación impresionante, que en los últimos años se ha intensificado”, apoya Angelo Zino, analista de Standard and Poor’s.
La apuesta, resalta Canning, es acercarse a instituciones de distintos sectores y de distintos tamaños, incluyendo a las pequeñas y medianas empresas. En su punto de mira están los sectores público, educación, retail, seguros, banca y finanzas, sanidad, la industria manufacturera y de telecomunicaciones.
De acuerdo con información pública de Lexmark, la transformación del negocio implicó ahorros por valor de 85 millones de dólares (61,7 millones de euros) en el año fiscal de 2013. “Esperamos ahorrar otros 25 millones de dólares (18,2 millones de euros) este año y 30 millones (21,8 millones de euros) el próximo”, asegura el vicepresidente ejecutivo de la firma. Los mayores ahorros se han hecho del negocio de impresión de inyección de tinta.
El cambio de estrategia de la compañía estadounidense ha llegado un poco tarde, advierte Zino. “Es difícil saber cuándo Lexmark obtendrá beneficio de los negocios que acaba de adquirir. Este es un mercado ultracompetitivo y existen empresas como HP mucho más grandes y con una mayor oferta de servicios al cliente”, asegura García Cantero.
El sector de las empresas de impresión y servicios de documentación sigue en aumento a medida que se reconocen los ahorros y eficiencias que se pueden realizar, destaca un análisis de la consultora IDC. El siguiente paso para Lexmark y sus competidores será la impresión en tres dimensiones. “El ganador será quien llegué primero a este mercado y se consolide. Ahí está el futuro”, destaca García Cantero. Es justo en este campo donde Lexmark ha puesto su punto de mira, pero, según Canning, la estrategia no está definida.
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