Iberdrola Ingeniería ha comenzado este mes de marzo unas importantes obras en Rusia, que abren nuevas perspectivas para la participación de la empresa española en proyectos de modernización y desarrollo energético en los vastos espacios del país euroasiático. Se trata de un proyecto llave en mano para construir una nueva subestación de 500 kilovoltios (kV) en la central hidroeléctrica de Vótkinskaya, que es una instalación de 1.020 megavatios (MW) situada en el río Kama, en la provincia de Perm, en los Urales.
La central hidroeléctrica de Vótkinskaya es de los nudos clave del sistema de distribución eléctrico en una amplia región industrial del centro de Rusia y desde 2007 está integrada como filial en Rushydro, un holding donde el Estado ruso posee la mayoría de las acciones (casi el 67% a fines de 2013). El holding es responsable del desarrollo de nuevas instalaciones energéticas en Siberia Oriental y, según sus propias informaciones, acaba de recibir permiso para utilizar 50.000 millones de rublos (casi 1.000 millones de euros) del presupuesto del Estado para construir nuevas instalaciones en el Lejano Oriente.
Las obras de la subestación de Vótkinskaya, que deben concluir para fines de este año, fueron adjudicadas a Iberdrola Ingeniería en un concurso internacional en 2011. El contrato tiene un valor de 32 millones de euros y supone un gran reto global para la empresa española y también el mayor al que esta se ha enfrentado en Rusia. En 2011, Iberdrola Ingeniería concluyó una central de ciclo combinado de 403 megavatios en Sugres (provincia de Sverdlovsk, también en los Urales) y esta prueba de proyecto llave en mano le ha proporcionado una valiosa experiencia de trabajo sobre el terreno al tiempo que la ha familiarizado con condiciones climáticas de frío extremo.
La subestación de Vótkinskaya está certificada para 50 grados bajo cero, y las temperaturas alcanzaron los 38 bajo cero durante la reciente visita efectuada a las instalaciones por el equipo español dirigido por Vicente Quiralte, el responsable del proyecto.
La nueva subestación de Vótkinskaya deberá sustituir a fines de 2014 a la que ya existe en el mismo emplazamiento, según la información facilitada por Iberdrola sobre su experiencia pionera en el negocio de las redes eléctricas en Rusia. La subestación deberá recoger la energía generada por la central de Vótkinskaya y suministrarla a las regiones de Perm, Udmurtia, Kirov, Bashkiria y Sverdlovsk; es decir, la zona industrial que se extiende entre la Rusia europea y Siberia. La nueva subestación “va a convertirse en el mayor enclave de transporte de energía del centro de Rusia y uno de los más importantes del país”, señala Vicente Trullench, el director de comunicación de Iberdrola.
La central hidroeléctrica de Vótkinskaya y el pantano que explota fueron el resultado de un proyecto de la década de los cincuenta del pasado siglo, cuya explotación industrial se inició en los años sesenta. Junto con la central de Kama y Nizhnekama, Vótkinskaya forma parte de un complejo de tres centrales en cascada situadas sobre el Kama, que es afluente del Volga.
La central de Vótkinskaya distribuye sus 1.020 megavatios de potencia en 10 generadores y tiene tres niveles de salida de tensión (110, 220 y 500 kilovoltios), señala Quiralte, según el cual la potencia de la central rusa “equivale a una central nuclear de tamaño medio”. El proyecto aumenta la fiabilidad de los equipos existentes, introduce tecnologías de nueva generación en lugar del material obsoleto y reduce el espacio de operación, afirma el experto. En la actualidad, el terreno de la subestación tiene unas dimensiones de 300 metros de ancho por 200 metros de largo. Después de la modernización, el espacio de las instalaciones se habrá reducido a una superficie de 70 por 40 metros, recalca Quiralte. Se trata de la primera experiencia de Iberdrola en una subestación de 500 kilovoltios, afirma Trullench. En el proyecto, sobre el terreno, trabajan 10 personas de Iberdrola, que tiene una oficina en Moscú.
La infraestructura suministrada por Iberdrola se basa en tecnología GIS (gas insulated switchgear) y se encapsula en el interior de un edificio (donde el aislante es un gas), a diferencia de las instalaciones convencionales, que están a la intemperie y donde el aislante es el aire. Durante la última década, Iberdrola ha acumulado experiencia en la construcción de este tipo de subestaciones de última generación en España, en concreto en el soterramiento de las mismas en la región de Madrid. Iberdrola Ingeniería opera en una treintena de países y realiza trabajos llave en mano, tanto para otras sociedades del grupo como para terceros, en las áreas de generación, nucleares, redes y energías renovables, señala la compañía.
El proyecto de la subestación “supone la entrada en un gran mercado y en un negocio muy importante, y estamos en conversaciones para aplicación tecnológica de lo que hacemos en España no solo con Rushydro, sino con otras empresas”, afirma Queralte.
Rushydro tiene una capacidad de generación eléctrica instalada de 37,5 GW y posee la mayor central hidroeléctrica del país, la Sayano-Shúshenskaya, además de un total de 70 fuentes de energía renovables, entre las que se encuentran nueve centrales hidroeléctricas en el complejo Volga-Kama con una capacidad instalada de más de 10.167 MW; la central hidroeléctrica de Zeiskaya (1.330 MW), que es la mayor del Lejano Oriente, y otras en Siberia y el norte del Cáucaso.
Aparte, tiene plantas geotermales en la península de Kamchatka, en el océano Pacífico. Rushydro posee el paquete de control en el Sistema de Energía del Este (8.772 MW de capacidad eléctrica instalada y más de 96.000 kilómetros de redes en el Lejano Oriente), según información de la misma empresa. Junto a la central de Vótkinskaya se ha desarrollado la localidad de Chaikovski, un poblado para los trabajadores de la central que con el tiempo se ha convertido en una ciudad bautizada con el nombre del famoso compositor ruso.
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