sábado, 1 de junio de 2013

Sonrisas y lágrimas en Riazor

El equipo coruñés, que jugó con uno más los últimos seis minutos de partido por expulsión de Markel Bergara, no pudo con el fantasma de hace dos temporadas, cuando también se fue a Segunda en la última jornada del campeonato ante el Valencia, que, al igual que la Real Sociedad, vestía de naranja.


El Deportivo, como entonces, dependía de sí mismo para salvarse, salió revolucionado, buscó el gol desde el pitido inicial y a punto estuvo de encontrarlo en los primeros segundos con un disparo de Bruno Gama desde la frontal del área, pero al igual que hace dos años, comenzó a fracasar en su intento de salvarse.


La Real, que dependía del resultado del Valencia en el Sánchez Pizjuán y apenas tenía el balón en el césped de Riazor, se metió en su campo, preparado para contraatacar, y amenazó a Aranzubia a los seis minutos con un disparo del mexicano Carlos Vela.


La ansiedad del Deportivo en ataque se convirtió en nerviosismo en defensa, patente en un fallo de Aythami Artiles que salvó Manuel Pablo y en un mal pase de Aranzubia justo antes de que Riazor cantara algo histórico, un gol del Valencia al Sevilla en el Sánchez Pizjuán para que la Real Sociedad bajara los brazos.


Bruno Gama volvió a acechar la portería del conjunto vasco al borde del primer cuarto de hora, justo antes de que el Celta de Vigo y el Mallorca vieran puerta en sus encuentros y el Deportivo dejara de estar en zona de permanencia.


La situación se agravó para el equipo coruñés poco después, a los 22 minutos, cuando un resbalón de Manuel Pablo posibilitó el ataque de Agirretxe, que obligó a lucirse a Aranzubia antes de que el balón le cayera a Griezmann, que marcó a placer.


El Deportivo quedó tocado y la Real calcó la jugada del gol pasada la media hora, esta vez con un disparo de Carlos Vela que despejó el portero blanquiazul y que Griezmann culminó, por suerte para los deportivistas, en fuera de juego.


Los cerca de mil aficionados que acompañaron a la Real Sociedad en Riazor saltaron de alegría a falta de cinco minutos para el descanso, no porque su equipo marcara, sino porque el Sevilla se levantaba ante el Valencia y la carambola colocaba a los vascos en zona de Liga de Campeones.


Fernando Vázquez, el técnico que permitió al Deportivo levantarse cuando estaba hundido en febrero y llegar con vida a la última jornada, refrescó el equipo con la entrada de Diogo Salomao y, como el resultado no se movía, arriesgó con la entrada de un segundo delantero, Nélson Oliveira, por un defensa.


El Deportivo apretó un poco más, forzó que Mikel despejara al poste un centro de Riki a falta de media hora y trató de sorprender a los donostiarras con un remate acrobático de Nélson a centro de Pizzi que se marchó fuera.


A pesar de haber perdonado, el equipo coruñés cogió fe, pero siguió sin encontrar la puntería necesaria en un remate de Salomao tras una pifia de Claudio Bravo y en un remate de cabeza del colombiano Abel Aguilar que se estrelló en el larguero.


El Deportivo afrontó los últimos minutos con un jugador más por la doble amarilla de Markel Bergara, pero fue incapaz de batir a la Real Sociedad, que vuelve a la Liga de Campeones diez años después.






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