domingo, 28 de septiembre de 2014

Las pymes recuperan el pulso

El peligro del monocultivo en la agricultura no es solo que desplaza las alternativas, sino que amenaza con su destrucción. Esta práctica aumenta la productividad de las cosechas, pero pone en peligro su crecimiento sostenible. Algo parecido ha ocurrido tras el estallido de la crisis en el sector empresarial español, dependiente excesivamente de que los bancos abran o cierren el grifo del dinero. Afortunadamente, la situación empieza a cambiar ya que asoma cierta rotación en el perfil de los prestamistas. Tras seis años de fuertes restricciones al crédito, las pymes tienen ante sí un panorama más alentador para obtener financiación. Por una parte, la banca tímidamente vuelve a conceder préstamos. Por el otro, proliferan fuentes alternativas —business angels (inversores de proyectos incipientes), crowdfunding (plataformas online de financiación), redes privadas de inversores, fondos, plataformas onlinede intercambio o los créditos rápidos por Internet—.


Todas estas nuevas formas de financiación, a su vez, contarán con respaldo oficial. El Gobierno prevé este año aprobar una ley de fomento de la financiación empresarial para ampliar los canales para conseguir fondos y abaratar esos créditos. “España tiene una economía altamente bancarizada, con una dependencia de la financiación de las entidades mayor que otros países de nuestro entorno. Así que el Gobierno quiere impulsar otras vías que aporten capital y que, al mismo tiempo, rebajen la deuda empresarial”, explican desde el Ministerio de Economía y Competitividad.


Alberto Alonso, consejero delegado de Valía Business Consulting, ha constatado entre las 140 pymes que tiene como clientes la necesidad de una norma como la que prepara el Gobierno. “El peso de la financiación bancaria no alcanza el 35% de los recursos financieros totales de las empresas anglosajonas, ronda el 50% en países de nuestro entorno como Francia o Alemania, y llega al 80% en España. La dependencia bancaria es muy alta en las pymes, y su economía se estrangula cuando los bancos dejan de dar crédito”, explica Alonso.


A la espera de que empiecen a notarse los efectos de la nueva norma que prepara el Ejecutivo, estas son algunas de las principales vías de financiación alternativa bancaria que empiezan a hacerse un hueco en España:


‘Crowdfunding’ y préstamos por Internet. La que se presenta como gran alternativa para aliviar la dependencia bancaria de las pymes es el crowdfunding. El sistema recaudará unos 11.000 millones de dólares (casi la mitad será para empresas) en todo el mundo en 2014, y se prevé que llegue a 50.000 millones de dólares en 2025, situándose como el principal canal de inversión privada, según el Banco Mundial.


Estados Unidos fue la cuna de estas plataformas online, que ponen en contacto a profesionales y empresas necesitados de liquidez para sus proyectos con particulares dispuestos a financiar. El grupo de música Marillion utilizó por primera vez la fórmula en 2009 para editar un disco. Desde entonces, la actividad se dobla cada año, y se especializa para las empresas. Hay diferentes modalidades: hay un crowdfunding que se recompensa con los primeros productos del proyecto; existe el crowlending, que presta dinero a un tipo de interés, y el equity crowdfunding, en el que los inversores entran en el capital de la firma emergente”, cuenta Daniel Oliver, presidente de la Asociación Española de Crowdfunding, que tiene a una treintena de plataformas como socios.


Los gestores de las plataformas de crowdfunding analizan los proyectos y publican en la Red los que son viables durante unos meses: solo uno de cada tres recibe todo el dinero. Pero los casos de éxito se multiplican. La británica Crowdcube, que acaba de llegar a España, captó 1,5 millones de euros en 16 minutos en su plataforma para capitalizarse. La plataforma navarra de crowd equity Bestaker ha captado 10,5 millones en varias rondas para el proyecto oftalmológico Visión, que prevé repartir dividendo en 2017. La española Arboribus ha cerrado 24 proyectos financiados por 1.500 inversores en poco más de un año. Crowd Angel, otra española, ha levantado casi 1,7 millones de euros para firmas emergentes.


La plataforma alemana de crowdlending Zencap, que ha levantado 1,5 millones en tres años para 50 empresas, ha abierto puertas en España. Detrás de Zencap está Rocket Internet, la gigantesca incubadora de empresas de Internet alemana. “Admitimos empresas con actividad contrastada a través de los impuestos que paga, y ponemos el tipo de interés del préstamo según el riesgo de su actividad”, explica Pablo Díaz, director de Desarrollo de Negocio de Zencap España, que ha financiado a cuatro empresas desde junio y tiene siete proyectos abiertos en la web.


Otra plataforma de préstamo online respaldada por Rocket Internet es Spotcap. “Damos financiación inmediata, al contrario de los bancos, para ayudar al crecimiento de las empresas de e-commerce”, cuenta Pablo Pastega, director general para España de Spotcap, que aprueba operaciones en cinco minutos a empresas de comercio electrónico según su actividad en Amazon y eBay.


Fondos de inversión. Los fondos de inversión formados por pymes, habituales en otros países, llegan a España. La EAFI (empresa de asesoramiento financiero) Core Finance va a poner en marcha un fondo de inversión que agrupa a una treintena de empresas de más de diez millones de euros de facturación. “Por su tamaño tendrían dificultades para emitir bonos de deuda privada, como hacen las grandes empresas. Al unirse en un fondo compartirán las condiciones del préstamo, mejores que las obtenidas de forma individual”, asegura Carlos Orduña, consejero delegado de Core Finance, que busca empresas industriales internacionalizadas.


El objetivo del fondo es recaudar hasta 150 millones, para dar a cada empresa de uno a cinco millones de euros de financiación inmediata. Las empresas pagarán cupones de un interés anual del 7% de la cantidad prestada para dar a los inversores un 6,5% de rentabilidad. La novedad de este fondo es que funciona como la deuda pública, a los cinco años de vida se vuelve a emitir otro fondo formado por las empresas que quieran mantener la financiación de forma que la pyme nunca devuelve todo el préstamo porque lo suscriben otros inversores. Las pymes tienen la opción de amortizar el préstamo si quieren salir del fondo. El fondo cotizará en la Bolsa paneuropea Euronext, y sigue el modelo de un fondo francés con 50 años de antigüedad.


Las gestoras con fondos que tradicionalmente entraban en el capital de las empresas empiezan a hacer fondos de deuda. “Prestan dinero a plazos más largos que la financiación bancaria tradicional, y a un interés anual del 8% al 10%. Suelen buscar pymes con facturación superior a 30 millones de euros”, explica Mariano Antón Alonso, director en Corporate Finance de KPMG. Son los fondos de direct lending que levantan dinero entre inversores institucionales españoles y extranjeros para “complementar la deuda bancaria de empresas que no pueden aumentar este crédito. Cobran más interés que la banca, pero lo dan con mayor rapidez”, puntualiza Fernando Navarro, socio de Cuatrecasas.


El fondo de TREA Capital dará 100 millones de euros a unas dieciséis pymes industriales, de tecnología y comercios de probada solvencia. Aria Capital, de Renta y AFI, inyectará 200 millones de euros a grandes empresas, y apenas llegará el 10% a las mayores pymes (por encima de 50 millones de euros de facturación). “Necesitaríamos mayor estructura para ir a empresas más pequeñas”, explica Jesús Sánchez Quiñones, director general de Renta 4 Banco. El fondo del grupo financiero N+1 tiene el mismo rasero. Arcano lo baja a pymes con una facturación superior a 30 millones, y un resultado de explotación mínimo de cinco millones. Igual que los fondos de crédito de Oquendo, otro tipo de fondos de deuda que da un préstamo más caro porque se amortiza al vencimiento. Acaba de lanzar el fondo Oquendo 2, de 150 millones de euros.


Club de inversores. El abanico de financiación de las emergentes también ha aumentado con Faraday Venture Partners, que ha importado la fórmula de club de inversores de Estados Unidos. “Analizamos start ups en fase de lanzamiento comercial, y ofrecemos la mejor cada mes a nuestros 115 socios. Asesoramos en todo el proyecto de inversión y lo canalizamos”, dice Gonzalo Tradacete, consejero delegado de Faraday, que ha invertido 1,65 millones. Los clubes de inversores no están regulados, y “no creo que haga falta, cumplimos un papel que no deben realizar los bancos porque es el segmento más arriesgado de la inversión. Del 50% al 80% de las start ups financiadas cierran”, explica Tradacete.


Plataformas de intercambio y business angels. Más original es la financiación ofrecida por la plataforma española de intercambio entre empresas TrocoBuy, que ha firmado convenios con Cepyme y las Cámaras de Comercio, y se está extendiendo por Europa. Tiene más de 25.000 millones puestos a disposición de empresas y autónomos desde septiembre de 2013 en un catálogo con más de 100.000 productos y servicios, y más de 11.000 empresas han realizado 65.000 intercambios en tres años. La plataforma de crédito a las empresas para cambiarlo por los productos del catálogo, y las empresas lo devuelvan en especie.


El gran problema de la financiación por Internet, según el business angel español Luis Martín Cabiedes, es su fiscalidad. “Ser business angel en España es algo heroico, ni tenemos exenciones fiscales ni recibimos ayudas del ICO, al contrario de lo que sucede con los fondos de capital riesgo o con los fondos extranjeros de private equity que vienen a invertir a España. Desde hace años pedimos, al menos, un tratamiento igual al del capital riesgo, así como un tratamiento sensato para las opciones sobre acciones de las firmas emergentes porque es la única forma que tiene una empresa que nace para recompensar a sus profesionales hasta que empiezan a facturar”. En 15 años, Cabiedes ha invertido unos 40 millones en 57 empresas. “Empecé con start ups de tecnología, y he reinvertido los beneficios obtenidos. Ahora también intervengo en rondas de financiación propias del venture capital”, explica.


Mercados regulados. Por su parte, Bolsas y Mercados Españoles ha abierto dos nuevos mercados para que las pequeñas empresas puedan financiarse. El MAB (mercado alternativo bursátil) empezó a funcionar en julio de 2009 para abrir el capital de las pymes a particulares, y cuatro años más tarde lo hizo el MARF (mercado alternativo de renta fija) para que pudieran emitir bonos. En el MAB cotizan 22 empresas que han logrado 182 millones de euros, prácticamente todas son pymes. El tamaño de las empresas del MARF es mayor. En ambos casos se habla de un cierto fracaso. Manuel Romera, directos del sector financiero de IE Business School, aboga por aumentar la cultura financiera de los particulares para que inviertan en empresas medianas. “Que piensen en la meritocracia y no en el tamaño, hay pequeñas empresas que dan gran rentabilidad”. Se suma a las voces que piden aumentar los controles para evitar casos como Gowex, que ha empañado la buena marcha de otras empresas del MAB.


Venture capital y capital riesgo. El venture capital y el private equity o capital riesgo, las tradicionales fórmulas de entrar en el capital de empresas para impulsarlas, han crecido desde 2008 de forma notable. “La tendencia continuará, reforzada por los esfuerzos institucionales para fomentar la creación de nuevos fondos, y atraer actores extranjeros a España”, asegura Nico Goulet, socio director de Adara Ventures. Solo el private equity, que invierte en empresas de mayor tamaño que el venture, aporta el 0,23% de la riqueza nacional. “Está en línea con la media europea, pero es la mitad de Reino Unido. Nos queda recorrido para crecer”, asegura Carlos Lavilla, presidente de Ascri, la asociación española de entidades de capital riesgo.


Bancos. Mientras tanto, los departamentos de riesgo de los bancos siguen siendo las bestias negras de las pymes. “Ligan el crédito a las características de las empresas, y las pequeñas tienen dificultades para justificar su solvencia. Además, suman la solvencia de su sector, y en algunos pesa negativamente”, cuenta Carlos Ruiz, director de Economía de Cepyme, la patronal de las pequeñas y medianas empresas. Para este problema de solvencia, el Grupo Gedesco tiene su propuesta: “Adelantamos a cualquier pyme todas las facturas giradas, por ejemplo, por El Corte Inglés sin importar el volumen, y sin poner tope en su línea de descuento, como hacen los bancos. Trasladamos a cada empresa la solvencia de sus clientes”, explica Antonio Aynat, consejero delegado de Gedesco.


Desde el fatídico 2008, la caída del crédito bancario ha sido determinante para el cierre de 250.000 empresas. Eduardo Curras, subdirector general para banca de empresas de Banco Sabadell, se defiende: “La crisis ha afectado a todos, también al sector bancario que ha sufrido muchos cierres. Superada la reestructuración, ha vuelto el crédito. Nosotros empezamos a fomentarlo a principios de 2013 y hemos hecho cambios como realizar una unidad específica para financiar start ups o contestar las peticiones de crédito a empresas en siete días”.


Desde principios de año, los bancos han ido lanzando planes de apoyo a las pymes. Bankia acaba de pedir al BCE 2.700 millones para destinar a las microempresas y tiene en marcha una campaña de 2.000 millones en créditos preconcedidos a estas compañías. Santander aumentará un 10% su crédito para estas sociedades, y quiere lograr 200.000 de ellas como nuevos clientes. CaixaBanc se ha puesto como objetivo contratar esta misma cifra en dos años. Banco Popular busca sumar 48.000 nuevos clientes pymes en 2014. Sabadell anunció 15.000 millones de euros de créditos en 2014 con la Campaña Creer, un 50% más de lo concedido en 2013.


Hay mucha rivalidad por las pymes que facturan en torno a 50 millones de euros, ya que aportan el 65% de la riqueza nacional y emplean al 80% de los trabajadores en España. Un bocado que las empresas alternativas de financiación también empiezan a morder.






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