El mundillo taurino bulle mientras la temporada ya declina y no solo por lo que ocurre en las plazas de toros, que pasan muchas cosas buenas y malas, como siempre. También otras que poco tienen que ver con el toreo mismo. Por ejemplo, los pasados días, no ha cesado de correr un rumor ciertamente interesado por terceros sobre algo que es absolutamente falso. Lo dice el fandango calañés: aunque me voy, no me voy; aunque me voy, no me ausento. La letrilla es válida para ilustrar musicalmente la ceremonia de la confusión alentada por los que han hecho de José María Manzanares la diana de los ataques dirigidos a sus apoderados. Ya es sabido que algunos acusan a los Matilla de la muerte de Chanquete y del extravío de la madre de Marco. La secuencia de los hechos comenzó con un esguince que impidió a Manzanares cumplir su segundo compromiso en Málaga. En ese momento se desataron rumores que recorrieron el mapa del toreo y hasta fueron dados por hechos ciertos por algún medio generalista: El alicantino cortaba la temporada y licenciaba a sus mentores, esos ¿perversos? hermanos Toño y Jorge Matilla.
Sin solución de continuidad, el gabinete de comunicación del torero emitía el mismo sábado una nota de prensa en la que salía al paso de las comidillas para desmentir lo que tantos daban por contrastado. La nota aseguraba que el viaje de la temporada continuada con todo el equipo habitual –incluidos sus apoderados– que quedaba confirmado para la campaña venidera. Al día siguiente se supo que el esguince del viernes no iba a impedir a Manzanares estar presente ayer en la corrida de ocho toros de Cuenca. ¿Hubo ruptura o marejada? ¿Llegó a despedir realmente a sus mentores? En absoluto.
Numerosos rumores dieron por rota esa relación y acercaron o quisieron acercar al torero a la órbita de Curro Vázquez, que se había quedado sin pupilos después de la despedida de su sobrino Cayetano y el au revoir de Morante. Pero no fue así. Ahora se habla, ignoro con qué fundamento, de su amigo Pepín Liria. Patrañas. Liria, además de gran amigo es el seguidor más impenitente de Josemari y punto. No hay más.
La familia Matilla se había hecho cargo de la carrera de Manzanares a raíz del abrupto encontronazo de su padre con los hermanos Lozano –gestionaban la carrera de ambos– en el ruedo de la Maestranza. Fue el mismo día que se cortó la coleta por sorpresa después de estrellar sus esfuerzos con los dos toros de Alcurrucén que le habían preparado sus mentores en la corrida mixta que epilogó la Feria de Abril de 2006. Las palabras gruesas del padre –que al final fue sacado por la Puerta del Príncipe por todo el toreo– dejaron al hijo caminando sobre el alambre y los taurinos charros recogieron los cristales rotos. En estas casi ocho temporadas de andadura común se ha reforzado el férreo control que los Matilla ejercen sobre todos los resortes organizativos del toreo a la vez que alimentaban su propia leyenda negra. No hay que olvidar que Manzanares se convirtió en esos mismos años, y ya no ha dejado de serlo, en primerísima figura del toreo a pesar de los sucesivos y graves contratiempos, lesiones y enfermedades que fue superando con la determinación de los grandes más grandes.
via Intereconomia.com - RSS de Intereconomía http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/cultura/sobre-falsos-rumores-recuperaciones-indultos-avisos-y-orejas-20130901 http://ifttt.com/images/no_image_card.png
No hay comentarios:
Publicar un comentario