El inversor es un animal emocional y racional al mismo tiempo. Distintos procesos mentales intervienen en la toma de decisiones que no siempre están a lado de la prudencia, ni responde a la lógica. Pueden ocasionar graves errores a la hora de invertir en bolsa o contratar un producto financiero. Existen varios mecanismos psicológicos identificados que son auténticas trampas para mover el patrimonio. l ¿Cómo desenmascarar un chiringuito financiero? Las preguntas infalibles que temen los estafadores
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